DEL SÍNDROME DE STENDHAL, LOS SÍNTOMAS Y LA CONTROVERSIA

Algunas cosas, sucesos de la vida, despiertan a uno aquello a lo que le decimos sentimientos, quizá ese algo que hemos tenido oculto en las sombras en algún lugar, guardado muy en el fondo, esperando a ser movido, descubierto.

¿Pero te has preguntado por qué a veces nos sobrecogemos tanto, se nos pone la piel de gallina con una canción o incluso se nos llega a escapar alguna lagrimilla ante una fuerte emoción como puede ser, por ejemplo, contemplar una obra de teatro de fuerte impacto visual, andar de paseo por un gran museo o caminar por una bella ciudad? El arte tiene esta capacidad de impresionarnos, de causarnos asombro, con la necesidad de descubrir las sensaciones que nos llenan el espíritu o el alma, según sea el caso. Muchas personas sienten una especie de abatimiento, entre angustia y alegría, les cambia el ritmo en el pulso o hasta sudan en zonas no tan comunes. A esta experiencia le llaman 'Síndrome de Stendhal', una enfermedad psicosomática causa por la exposición o una sobredosis de belleza artística.

Henri-Marie Beyle
De forma puntual, este síndrome data del año 1817, cuando el escritor francés llamado Henri-Marie Beyle, cuyo pseudónimo era Stendhal, viajaba por Italia recogiendo información para un libro. Durante su visita a la ciudad de Florencia, la cuna del Renacimiento y una de las ciudades más extraordinarias del Viejo Mundo, se interesó por visitar una gran cantidad de museos, iglesias, admirar las innumerables esculturas, fachadas, cúpulas, frescos y demás maravillas del arte que abundan por toda esa ciudad. Extasiado ante tanta belleza, su corazón se aceleró, sudores fríos comenzaron a correr por su cuerpo y una repentina sensación de angustia y vértigos lo obligó a tomar un descanso. Acababa de vivir lo que posteriormente se conocería mundialmente como “Síndrome del viajero”, "Síndrome de Stendhal” e incluso como“Síndrome de Florencia”.

Se supone que cualquiera puede experimentar los síntomas en algún momento, si bien es inusual que ocurra y generalmente se asocia a turistas de especial sensibilidad que viajan específicamente a visitar obras de arte (de autores y lugares muy admirados por ellos) y que tienen por alguna razón un gran significado emocional. Estos casos se han dado donde han aparecido los trastornos físicos que sufrió el escritor francés, pero también algunos males psíquicos de algo más de gravedad como alucinaciones, sentimientos depresivos o euforia, perturbaciones en la percepción, ataques de ansiedad, etc., aunque parezca difícil de creer.
Este síndrome está reconocido por muchos los psicólogos y, como casi todo, no está exento de polémicas. Ante la multiplicación de los casos en los últimos años debido al aumento del turismo y la popularización de arte (sobre todo en los hospitales de Florencia), se han llegado a plantear dudas sobre su existencia. Alegan que el conocimiento y popularización de la existencia del Síndrome de Florencia crea una especie de sugestión en los visitantes, que inconscientemente los llevaría a sentir los diferentes síntomas.
Anochecer en Florencia, Italia.
También se ha hablado de una divulgación exagerada del síndrome sobre todo desde Florencia con obvios fines comerciales, alegando que la belleza de la ciudad es tal que puede provocar emociones extremas ante ella, atrayendo con ellos a más turistas. Pero independientemente de lo anterior, es indiscutible que las artes en todo su esplendor pueden despertar emociones intensas que pueden provocarnos diferentes reacciones según nuestra sensibilidad y nuestro modo de apreciar el mundo que nos rodea.
Aquí algo del tema llevado a la pantalla grande:

¿Alguna vez has experimentado alguno de los síntomas del Síndrome de Stendhal?

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